Receta #1: Cheesecake de chocolate (sin gluten)

 

¡Hola, hola!

Hoy os traigo un receta muy sencillita. Es la primera que subo al blog (y creo que la primera que me sale de manera presentable también xD) por lo que espero que no sea la última, que me estoy aficionando a esto de la cocina.

Pero bueno, al lío. Este cheesecake de chocolate no tiene gluten, no necesita horno y queda muy rico, así que tras el salto os dejo los ingredientes y la receta.

INGREDIENTES:
  - Mantequilla.
  - 200g de galletas.
  - Queso de untar tipo Philadelphia.
  - 500ml de nata líquida.
  - Azúcar.
  - 3 sobres de cuajada Royal.
  - Leche.
  - 2 tabletas de chocolate.


Lo primero es pintar el fondo del molde con mantequilla, para que luego no se nos quede pegada la base de galleta.

Por otro lado, cogemos los 200g de galleta y los trituramos. Yo elegí las galletas tipo cookie de Hacendado, pero vosotros podéis coger las que queráis (aunque bueno, sin gluten tampoco es que haya mucho donde elegir xD).
Una vez trituradas, añadimos a las galletas 4 cucharadas de mantequilla y lo mezclamos todo bien. Es importante no echar más mantequilla de la cuenta, ya que si no luego al meterlo en la nevera, las galletas se nos volverán un bloque demasiado compacto.

El siguiente paso es repartir la mezcla de galletas y mantequilla por todo el fondo del molde, dejando la superficie lo más uniforme que podamos, pero sin apretar mucho. Hecho esto, reservamos en nevera.

Por otro lado, ponemos una cacerola a fuego suave y añadimos el queso y 2/3 de los 500ml del brick de nata. La verdad es que para esta receta no es necesario ser demasiado cuidadosos con las cantidades, pero por si acaso, yo eché 270g de Philadelphia (el paquete entero, vaya).
Vamos moviendo la mezcla hasta que nos quede uniforme y sin grumos. Después, vamos incorporando azúcar al gusto, sin dejar de remover. Finalmente, añadimos un sobre y medio de cuajada (tengo que probar la próxima vez si con un sólo sobre es suficiente) y llevamos la mezcla a ebullición.
A continuación, retiramos la cacerola del fuego, sacamos el molde de la nevera y vertemos la mezcla sobre las galletas. Esperamos un poco a que se enfríe y volvemos a meter el molde a refrigerar.

Con el chocolate seguimos un proceso bastante parecido. A fuego suave, derretimos tableta y media de chocolate e incorporamos el 1/3 de la nata que nos quedaba. Además, le añadimos una cantidad de leche proporcional a la que hemos utilizado de nata.
Una vez que nuestra mezcla sea uniforme, añadimos 1 sobre de cuajada y llevamos a ebullición.
A continuación, retiramos la cacerola del fuego, sacamos de nuevo el molde de la nevera y vertemos la capa de chocolate sobre la anterior.

Después de 1h en la nevera deberíamos de tener nuestra tarta completamente sólida.

 

El último paso es decorar la tarta. Para ello, yo utilicé la mitad de la tableta que nos quedaba, derritiéndola y metiéndola en una bolsita de plástico, a modo de manga pastelera (lavad primero la bolsa, claro. O utilizad la manga si la tenéis).

Hecha la decoración, volvemos a meter la tarta en la nevera hasta que llegue el momento de consumirla.

¡Qué aproveche! :)